
En medio de la calma, donde el susurro del río Palena guía el tiempo, se erige Tinajas El Mañío, como un refugio para el alma. Aquí, los sentidos despiertan, como brotes acariciados por el sol, al compás sereno de una naturaleza que canta historias pioneros y exploradores.
Las aguas cristalinas del río, cargadas de su pureza, fluyen con una energía que invita a soltar todo. Los leños nativos, con su aroma a bosque y hogar, entregan un calor que abrazan cuerpo y espíritu, una caricia de la tierra misma, un abrazo sureño.
Es un lugar donde el agua y el fuego se entrelazan en una danza única, un ritual que evoca el equilibrio perfecto entre lo salvaje y lo acogedor. Aquí, cada instante es una poesía, cada respiro, una acción de gracias.
- Temperatura exacta
- Excelente atención
- Comodidad y seguridad
Ven a Tinajas El Mañío y déjate envolver por este abrazo sureño que la naturaleza brinda para ti.


El silencioso canto de los pájaros
Tinajas El Mañío se convierte en un refugio para quienes buscan algo más que descanso: un renacer. Aquí, el tiempo se disuelve y la calidez del lugar te envuelve, como un abrazo sincero, que invita a soltar, a rendirse, a por fin ser.
El eco de una suave lluvia austral acompaña el silencio, cayendo como una sinfonía delicada sobre las hojas, los techos de madera y la tierra fértil. Cada gota, un susurro de la naturaleza, se convierte en un canto que calma y envuelve.
Por las noches las estrellas titilan como lejanas fogatas encendidas
Imagina una noche donde el cielo se transforma en un lienzo infinito salpicado de estrellas. Cada luz titila como un mensaje antiguo, un recordatorio de que aquí, bajo la inmensidad de la bóveda celeste, el tiempo cobra otro significado.