
Aquí, la tierra ofrece lo mejor de su generosidad: cortes de carne tan jugosos como las historias que se cuentan junto al fuego, preparados con el arte que sólo los maestros de Patagonia saben crear.
Pero esto es sólo el inicio de un recorrido que promete deleitar todos los sentidos. Por ejemplo, la miel dulce de los árboles nativos o la mezcla de quesos artesanales que cuentan la historia de arrieros del sur. Los productos del huerto, frescos y vibrantes, nos recuerdan el abrazo de la tierra fértil; los berries, pequeños y llenos de vida, explotan en sabores que danzan sobre el paladar.
No falta la chispa de la creatividad, reflejada en licores artesanales como el gin, que captura la esencia de los bosques y ríos cercanos, o las cervezas que, con su burbujeante frescura, hacen de cada sorbo una celebración.
- Cervezas Artesanales
- Destilerías de Gin
- Jugos Naturales
Es un lugar donde cada bocado es un homenaje a la tierra, un canto a la tradición y la innovación, un banquete que invita a quedarse y dejarse seducir por la riqueza de sus productos, y por la historia de quienes, con manos sabias, hacen de este rincón del mundo un festín único e irrepetible.


Tesoros de la tierra fértil convertido en arte culinario
El viaje comienza con los cortes de carne, una oda al arte de los productores locales. Jugosos, tiernos y llenos de sabor, estos cortes no solo alimentan el cuerpo, sino que invitan a imaginar los vastos pastizales y el aire puro donde los animales crecen libres, en equilibrio con la naturaleza. Cada bocado es un susurro de la tierra que nos recuerda que aquí, el tiempo sigue un ritmo distinto, más pausado, más auténtico.
La Miel: Elaborada por abejas que recolectan el néctar de flores silvestres, cada gota contiene el perfume de los valles y la magia de los Andes. A su lado, los quesos, con sus texturas y sabores que evocan el trabajo minucioso de manos expertas, nos hablan de una tradición que se enriquece con cada generación.
La Junta reunión de sabores que encuentras en las Tablas de Tinajas El Mañío
En este rincón de la Carretera Austral, los alimentos no son sólo un placer, sino un viaje en sí mismo. Son una invitación a detenerse, a saborear, a vivir. A descubrir que, más allá de los paisajes, hay una riqueza que se lleva en el paladar y en el corazón, un recuerdo imborrable de una tierra que lo da todo, y lo da de la mejor manera.